jueves, 16 de julio de 2015

EL CUERVO BLANCO.


Abrió los ojos y vio un inhóspito mundo.
Desconsoladora visión que arrasó con él arrancando todo lo que le importó una vez.
Que soledad. Que vacío. Que tristeza eterna en su corazón se abrió.
Miró con ojos muy abiertos para ver algo entre la nada.

Vi un mundo poblado por cuervos que me dejaron ciega.
No supe reaccionar, y por mucho tiempo estuve inmóvil observando como sus picos con gran avidez me despedazaban, quitándo una y otra parte querida hasta dejarme sin nada.

La oscuridad puede ser aterradora, el pozo hondo al que jamás debes mirar.
El que embrujara con su agua a una boca sedienta para que en su duro suelo caiga. Para que en dos se parta.

Abrió los ojos y vio un negro cielo en el que una estrella brilló, y quiso reflejarse en ella, entonces el dragón escarlata voló.


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